“Barn”, el nuevo álbum de Neil Young & Crazy Horse

Aparecerá el 10 de diciembre, pero algunos afortunados ya tuvieron la oportunidad de escucharlo

Si alguien puede aprovechar al máximo su encierro, ése es Neil Young. Ha pasado las últimas cinco décadas utilizando el tiempo de inactividad de varias bandas y otros proyectos para grabar las nuevas canciones que parecen fluir de él con sorprendente regularidad y que a menudo quedan archivadas durante años. Ha publicado más de 40 álbumes de estudio desde su debut en solitario en 1969, además de innumerables archivos y directos. Sólo durante la era COVID ha publicado seis de estos discos.

Barn, su álbum número 41 y su séptimo proyecto desde que comenzó el encierro en marzo de 2020, se grabó durante el verano de 2021 con la banda de acompañamiento de siempre, Crazy Horse (el batería Ralph Molina, el bajista Billy Talbot y el multi instrumentista Nils Lofgren) en “un granero restaurado del siglo XIX en lo alto de las Rocosas”. Y suena más o menos como lo que se espera de un grupo de tipos de 70 años que hacen música en lo alto de las montañas en una oleada post-cuarentena.

Es decir, es ocasionalmente descuidado, a menudo reflexivo y estallando con volumen cuando el momento lo requiere. En otras palabras, es Young y Crazy Horse cubriendo el mismo terreno sólido que han estado recorriendo desde “Everybody Knows This Is Nowhere” de 1969 y que se escuchó por última vez en Colorado de 2019. Barn es un disco suelto y espontáneo que suena tanto como parte de su tiempo como totalmente alejado de él. (Una película complementaria en Blu-ray documenta la realización del álbum).

La canción acústica de apertura ‘Song of the Seasons’ recuerda el suave balanceo de ‘Comes a Time’, mientras la armónica de Young y el acordeón de Lofgren apuntalan una canción sobre el paso del tiempo, así como algunos acontecimientos actuales. “Veo el palacio donde la reina sigue reinando tras sus muros y puertas solitarias”, canta Young. “El rey ya no está, y ella permanece / Siento sus estandartes ondeando bajo la lluvia”. Todo el mundo se enchufa a la siguiente canción, ‘Heading West’, un paseo guiado por la guitarra que lleva el sello de Crazy Horse por todas partes, desde la distorsión atronadora hasta los coros desafinados.

“Barn” oscila entre estos dos polos de forma típicamente alámbrica: ‘Change Ain’t Never Gonna’ es un ejercicio de garage-rock; ‘They Might Be Lost’ es una lúgubre rumiación sobre compañeros perdidos que tiene mayores implicaciones. ‘Today’s People’ se rinde a la rabia desgarrada; ‘Tumblin’ Through the Years’ acentúa su corazón con un piano tintineante. Quizás las canciones más débiles del álbum, ‘Canerican’ y ‘Don’t Forget Love’, resultan ser dos de las más personales. Pero como en la mayoría de los LPs de Young-Crazy Horse, “Barn” se centra en un número largo, en este caso ‘Welcome Back’, de ocho minutos y medio, una canción lenta sobre “las estrellas en el cielo” y la pérdida de orientación antes de encontrar la paz.

Esa ha sido más o menos la esencia de sus colaboraciones desde hace más de medio siglo, y su regreso a un terreno familiar aquí se siente como en casa. Es Neil Young, uno de los compositores más trascendentales en la historia del rock… Así de simple