Enorme y grandioso “The Last Will and Testament” de la banda sueca Opeth
El viaje musical de más de una hora de duración es perfecto, hermana los ayeres y el hoy de esta grandiosa banda
Por Pablo Queipo Valencia
La espera terminó, Opeth lanzó el día de hoy su esperada producción titulada “The Last Will and Testament”, donde queda plasmada en definitiva la calidad melódica y lírica de quizás una de las bandas más importantes en la historia contemporánea del metal progresivo.
Es absolutamente fantástico, la concepción del trabajo nos traslada a los inicios de una banda que prometía enormidades y con el tiempo fueron y son una realidad. Las voces guturales de Mikael nos evoca a una banda que parece que los años no han pasado por ellos.
El álbum es intrincado e inmersivo, con el trabajo de guitarra de Åkerfeldt como punto culminante. Los riffs fluyen a la perfección entre la pesadez aplastante y la delicadeza introspectiva, creando un equilibrio magistral de tensión y liberación. Estos momentos feroces se mezclan con pasajes melódicos expansivos y texturas atmosféricas, mostrando la evolución del sonido reciente de Opeth. Las contribuciones de los invitados, como la flauta de Ian Anderson en ‘Sins of the Father’ y los coros de Joey Tempest en ‘Silent Heir’, agregan riqueza sin eclipsar la identidad de la banda.
Lo que distingue a “The Last Will and Testament” es su capacidad para resonar con los fanáticos en todas las épocas de Opeth. ¿Brutal pero melódico, intrincado pero accesible, nostálgico pero progresista? Sintetiza elementos de toda su discografía al tiempo que presenta una visión fresca e independiente.
Opeth es ya un imprescindible dentro de la nueva corriente progresiva, hay que admitir que, si bien sus primeras producciones carecían de un sello progresivo, con el correr de los años y a través de la concepción de sus producciones han ido adoptándolo, mezclando su innegable estilo de guitarras bien trabajadas, baterías alucinantes y voces que se han dejado llevar hacia allá.
<<Pablo Queipo Valencia>>