Murió Gary Rossington, último sobreviviente del Lynyrd Skynyrd original

Gary quien fuera el creador del solo de ‘Free bird’ había superado accidentes de coche y avión y hasta tres operaciones a corazón abierto.

Gary Rossington, único miembro original superviviente de Lynyrd Skynyrd, falleció este domingo a los 71 años y deja a la banda sin su representante más icónico apenas cuatro meses antes de que los mitos del rock sureño se embarquen en una nueva gira por Estados Unidos, en esta ocasión compartiendo cartel con ZZ Top. Rossington arrastraba desde hace años graves problemas de salud y su corazón había ido superando un quíntuple bypass (2003), un infarto en 2015 y una operación de urgencia hace menos de dos años. Pese a este delicado cuadro médico, había rechazado con vehemencia cualquier invitación a la retirada. “Lo llevo en la sangre, le he dedicado toda la vida a esto. Si lo dejara, ¿qué sería lo siguiente? Me gusta pescar, pero ¿cuánto tiempo le puedes dedicar a una cosa así?”, había resumido con humor en una entrevista de 2006 para la revista Billboard.

El adiós de Rossington lo anunció la propia banda, sin especificar el motivo concreto del fallecimiento, en un sentido comunicado que finaliza así: “Gary está ahora en el cielo con sus hermanos de los Skynyrd tocando cosas chulas, como siempre ha hecho”. Estremece pensar que el músico ya había sobrevivido a dos episodios terribles: un choque de automóvil en 1976 bajo los efectos del alcohol (empotró su Ford Torino contra un árbol y una casa, pero logró salir casi ileso) y el traumático accidente aéreo del 20 de octubre de 1977, cuando el Convair 240 de la banda agotó el combustible y acabó precipitándose sobre un bosque de Misisipi. Murieron tres de los integrantes de los Skynyrd, su representante y los dos pilotos del aeroplano, pero Rossington logró salir con vida pese a su pavoroso parte de lesiones, que incluía roturas en brazos, piernas, caderas, rodillas, pelvis, varias costillas y perforación de estómago e hígado.

Esta larga ristra de calamidades no fue suficiente para que el músico de la ciudad de Jacksonville se considerase un hombre desdichado. “La historia de los Skynyrd no es trágica, sino el reflejo de la vida misma. Y las cosas buenas que nos han sucedido superan a las malas”, resumía en 2006 cuando la formación fue incorporada al Salón de la Fama del Rock and Roll, la distinción honorífica más relevante que se concede en Estados Unidos a los músicos contemporáneos. El gremio bendecía así para la posteridad a una formación cuyo primer álbum alcanzará en septiembre su quincuagésimo aniversario y que permanece desde entonces como epítome máximo del rock sureño, acaso por encima de sus máximos competidores en términos geográficos, los Allman Brothers. “Pronounced ‘Lĕh-’nérd ‘Skin-’nérd”, el endiablado título de aquel debut, estaba producido por Al Kooper y se cerraba con los nueve minutos de la prodigiosa ‘Free bird’, cumbre guitarrística de un Rossington que por momentos hacía lloriquear a su Gibson como si se tratase de una gaviota.

Entre los admiradores iniciales de aquel Pájaro libre no figuraba su profesor Leonard Skinner, que prohibió a Gary llevar el pelo largo, terminó expulsándolo del centro y acabaría inspirando el nombre de los Skynyrd. El episodio casa bien con la afición de Rossington por los bautismos inspirados en personas relevantes. Huérfano de padre desde temprana edad, Gary Robert adjudicó a su primera guitarra el nombre de su madre, Berniece.

Bajo la batuta de Gary, la banda había echado a andar a mediados de los sesenta como un trío denominado Me, You and Him, pero no fue hasta la incorporación como cantante de Ronnie Van Zant, integrante de un equipo de béisbol rival, cuando la máquina comenzó a carburar. Después de trasladarse a Atlanta, se consolidaría aquella intersección mágica entre blues, rock, country y soul sureño que en 1974 agrandó la leyenda con un segundo álbum, “Second Helping”, que se abría con el himno mundial ‘Sweet Home Alabama’.

Los excesos de Rossington con la bebida y otras drogas llevaron a sus propios compañeros a imponerle una multa de 5.000 dólares y retirar botellas y sustancias tóxicas de los camerinos. El accidente del Ford Torino inspiró a Ronnie Van Zant el sombrío ‘That smell’, una canción con numerosas alusiones a la muerte que sobresalía en el quinto álbum de estudio de la banda, “Street Survivors”. El hecho de que ese trabajo —con una portada en la que los miembros del grupo aparecían entre llamas— viera la luz solo unos días antes del siniestro del avión aceleró el fin provisional de Lynyrd Skynyrd.

Tras años de dolorosa recuperación de sus lesiones, Gary fue capaz de regresar a los escenarios junto al también guitarrista Allen Collins como Rossington-Collins Band, una formulación con la que grabaron dos elepés. Los Skynyrd regresaron en 1987 con Johnny Van Zant, hermano del difunto Ronnie, asumiendo la voz principal. Desde entonces habían encadenado cambios innumerables, pero con su fundador del pelo largo siempre en la alineación titular. “Se me hacen impensables unos Lynyrd Skynyrd sin Gary”, aseguró Johnny en cierta ocasión. Por ahora, todo hace pensar que la gran marca histórica del rock sureño seguirá reluciendo, aunque ya no quede entre nosotros ni uno solo de sus artífices.

Fuentes: Agencias/elpais.com/YouTube/RockAmerika


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