Murió Ricky Gardiner, guitarrista de Iggy Pop y David Bowie

El músico que escribió los clásicos riffs de canciones como ‘The Passenger’ padecía la enfermedad de Parkinson

Ricky Gardiner, el guitarrista que interpretó riffs clásicos para álbumes como “Low” de David Bowie y “Lust for Life” de Iggy Pop, ha fallecido a los 73 años.

El productor Tony Visconti anunció la noticia en las redes sociales, diciendo que la esposa de Gardiner le había informado. Describió a Gardiner, que había sido diagnosticado con la enfermedad de Parkinson, como un “genio de la guitarra”.

Nacido en Edimburgo en 1948, su primera banda importante fue el grupo de prog rock Beggars Opera, formado en 1969. A partir del año siguiente, con Act One, grabó seis álbumes con el grupo, que se convirtió en un favorito de culto en toda Europa, especialmente en Alemania.

Fue invitado a tocar la guitarra en el álbum en solitario de Tony Visconti, “Inventory”, y Visconti le sugirió que actuara en “Low”, de David Bowie, quien le invitó a unirse a las sesiones de grabación en un chateau cerca de París, en 1977, y posteriormente se trasladó a los estudios Hansa de Berlín.

Gardiner tocó la guitarra principal en la primera mitad del álbum, incluyendo la alegre y caprichosa línea principal de ‘Sound and Vision’, el riff en forma de fanfarria del tema de apertura ‘Speed of Life’ y el solo cósmico de ‘Always Crashing in the Same Car’.

Las grabaciones de Bowie le llevaron a la órbita de otra estrella, Iggy Pop, y realizó una gira con Bowie y Pop para el álbum “The Idiot” de este último, con Bowie en los teclados. En esta famosa gira de desenfreno, Gardiner prefería dar paseos a primera hora de la mañana: “Si otros consumían [drogas], debían ser discretos. Me gusta beber de vez en cuando, pero me alegraría que el alcohol volviera a ocupar el lugar que le corresponde en el laboratorio”, dijo más tarde.

Más tarde, en 1977, tocó la guitarra y contribuyó a la composición del álbum de Iggy Pop producido por Bowie, “Lust for Life”, y describió las sesiones de composición y grabación como “una alegría”.

Entre las contribuciones de Gardiner se encuentra un riff considerado como uno de los más sencillos y grandes de todos los tiempos: el fanfarrón motivo de tres notas de ‘The Passenger’, que se le ocurrió en un entorno bucólico que no suele asociarse con Pop. “Los manzanos estaban en flor y yo estaba garabateando en la guitarra mientras miraba los árboles”, dijo Gardiner más tarde. “No prestaba ninguna atención a lo que estaba tocando. Estaba en un ligero sueño disfrutando de la gloriosa mañana de primavera. En un momento dado, mi oído captó la secuencia de acordes”.

Iggy Pop rindió homenaje a Gardiner, escribiendo: “Queridísimo Ricky, encantador, encantador hombre, descamisado en tu mono de trabajo, el tipo más agradable que jamás haya tocado la guitarra”.

Gardiner se convirtió en padre y no siguió de gira con Bowie y Pop. Montó su propio estudio y empezó a explorar las posibilidades de la producción digital, publicando ocasionalmente álbumes con colaboradores -entre ellos su esposa Virginia Scott- como el proyecto ambiental “Kumara”. En 1995 publicó “Auschwitz”, un trabajo instrumental que conmemoraba el 50º aniversario de la liberación del campo y que consideraba su obra en solitario más importante.

En 1998 se le diagnosticó electro sensibilidad, lo que le hacía sentirse mal cuando estaba cerca de aparatos electrónicos; tuvo que adaptar su estudio casero para adaptarse a la enfermedad. Además de grabar sus propias versiones de “The Passenger”, en sus últimos años retomó el proyecto Beggars Opera, con el que publicó otros siete álbumes.

Fuentes: Agencias/Instagram/RockAmerika


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